DÃa del Libro 2012
IES Marqués de Manzanedo
Santoña
Roberto Ruiz -1º ESO-
La puerta


Para dar comienzo a mi historia desde el principio, diré que nacà (según me han dicho y yo lo creo) un viernes a las doce en punto de la noche. Y cosa curiosa, el reloj comenzó a sonar y yo a gritar simultáneamente.

Teniendo en cuenta el dÃa y la hora de mi nacimiento, la enfermera y algunas comadronas del barrio (que tenÃan puesto un interés vital en mà varios meses antes de que pudiéramos conocernos personalmente) declararon : primero, que estaba predestinado a ser desgraciado en esta vida, y segundo, que gozarÃa del privilegio de ver fantasmas y espÃritus. Según ellas, estos dones eran inevitablemente otorgados a todo niño (de un sexo u otro) que tuvieran la desgracia de nacer en viernes y a medianoche.

Nada más nacer me llevaron a casa de mà tÃo. Era una pequeña casa, casi en ruinas. El trabajo de mi tÃo era cortar leña con una motosierra, habÃa estado en una guerra y le faltaba un ojo, llevaba un parche. Estaba todo el dÃa en el garaje cortando leña. A mà me trataba como a un perro desde que mi madre murió en el parto y no sabemos quien era mi padre él era el único que me quedaba.

A lo largo de mi vida no me pasó nada interesante. A los 25 años por fin me marché de casa de mi tÃo. Me fui a vivir a una gran ciudad llamada Manhattan a un pequeño piso, era mas pequeño que la casa de mi tÃo, pero por lo menos no estaba en ruinas. Debajo de mi piso habÃa una pequeña discoteca y casi todas las noches tenÃa que dormir con tapones en los oÃdos. Después empecé a trabajar en una librerÃa cercana, el trabajo era fácil ya que en este tipo de ciudades 1 de cada 100 personas se ha leÃdo 1 solo libro en toda su vida.

El dueño de la librerÃa era un señor bastante extraño, le tenÃa que llamar Jeff. En la librerÃa habÃa una puerta vieja y verde, Jeff decÃa que estaba totalmente prohibido pasar, bueno para mà no era una cosa muy importante, pero sinceramente ¿a quién no se le pasarÃa por la cabeza entrar ahÃ?; es decir, si un señor extraño de una librerÃa en la que no entra casi nadie tiene una puerta verde misteriosa y no entras, es que eres de corcho.

Hoy, nada más levantarme, sabÃa que era el dÃa de atravesar en esa puerta por dos razones ayer mi jefe tuvo una fiesta y debió de llegar muy tarde a casa, por lo que me da el tiempo para entrar. Lo sé porque salió un poco antes del trabajo para llegar con tiempo a dicha fiesta y me dio el manojo de llaves para cerrar, lo que me daba la forma de entrar.

Nada más llegar cerré la puerta con llave y abrà la puerta verde, al entrar di a un pequeño interruptor para encender la luz y delante de mà habÃa una puerta de hierro con contraseña de 5 cifras, pensé en que contraseña podrÃa tener mi jefe y rápidamente pensé que podrÃa ser la tÃpica contraseña 1, 2, 3, 4, 5 pero luego me pareció una bobada, a pesar de todo lo intenté… y justo esa era como no. ¿Para que la gente se gastará tanto dinero en este tipo de puertas si luego ponen contraseñas estúpidas?

Bueno ahora estoy más animado, si simplemente fuera un estúpido almacén con revistas xxx esto hubiera sido una pérdida de tiempo. Se abrió la puerta lentamente y al encender la luz aquà se encendió en toda la habitación. Era un laboratorio me lo recorrà entero, estaba lleno de tubos y lÃquidos de colores. Al final del todo me encontré dos objetos que parecÃan unas neveras tumbadas era como una nevera utilizada de cajón. Abrà la primera y no se podÃa ver nada porque lo que hubiera ahà dentro estaba tapado por un lÃquido rojo con agua. Quise suponer que no serÃa sangre, metà la mano dentro de la bañera y encontré un cuerpo humano mutilado en el que estaban separados del cuerpo los brazos la cabeza y las piernas era una mujer, al buscar en el la otra nevera encontré algo similar pero esta vez era el cuerpo de una niña de unos 7 años.

Nada mas verlo cerré las 2 neveras fui corriendo hasta la puerta de metal la cerré y metà las llaves en la cerradura de la puerta verde, pero nada más meterlas oà como rompÃan el cristal de la librerÃa, entonces saqué la llave del cerrojo y me quedé escuchando sin salir de ese pequeño espacio que habÃa desde la puerta metálica a la puerta verde, oà el sonido de la caja abriéndose robaron todo el dinero. Cuando estaban a punto de irse me di cuenta de que eran dos personas ya que oà como una le decÃa a la otra:
-Te has fijado en esa puerta verde tan extraña. Y el otro respondió:
-No, entremos.

Nada más oÃr eso intenté abrir la puerta metálica, pero no me dio tiempo, rompieron la puerta y me encontraron, al verme uno me apuntó con una pistola y me dijo:
-¿Que hay ahà dentro?
Yo no sabÃa qué hacer. El otro dijo:
-Abre esa puerta ahora mismo.
Yo la abrÃ, se metieron dentro y mientas uno me seguÃa apuntando el otro estaba inspeccionando el laboratorio, llegó a las neveras y abrió una de ellas al ver lo que habÃa dentro, chilló con un grito bastante femenino y llamó a su amigo que fue a donde él estaba rápidamente.

Ese era el momento de escapar, salà y cerré la puerta con llave sin hacer el mÃnimo ruido. Me acerqué al teléfono para llamar a la policÃa pero cuando estaba por mitad de camino mi jefe entró por la puerta, me preguntó:
-¿Qué coño ha pasado aquÃ, eh?
Yo respondÃ:
-Nos han intentado robar Jeff.
Él dijo:
-¿Quién, dónde está?
Ahora tenÃa un serio problema, ya que no podÃa decirle que e habÃa conseguido encerrarles en el cuarto de la puerta verde o sabrÃa que habÃa visto lo de la mujer y la niña, tuve una idea, le dije:
-Robaron mientras me apuntaban con una pistola y se fueron. El cogió su móvil y llamó a la policÃa.

Cuando la policÃa llegó tuve que responder a unas cuantas preguntas mientras que otro policÃa buscaba huellas, de repente el policÃa que buscaba huellas llamó sobresaltado al otro ya que las huellas entraban en la habitación de la puerta verde y no salÃan. Mi jefe se dio cuenta estaba muy nervioso pero le obligaron a abrir la puerta, cuando le abrieron encontraron a los dos ladrones y a los cuerpos.

Hoy yo tengo que ir a dos juicios para testificar por un robo y dos asesinatos. Desde mi nacimiento ya sabÃa que mi vida no iba a ser fácil.
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